“A mi generación nadie le dijo cómo ser padre. Si acaso, nuestros padres nos enseñaron a ser hombres, pero nunca padres.” -Alejandro Zambra
En esta entrada quiero compartir algunas reflexiones sobre un libro que describe la vida de Julio César, una de las personas que más ha trascendido en la historia. Las lecciones de quien determinó buena parte de la vida política de la principal potencia económica y militar, en el sigo I AC, son valiosas hasta la actualidad.
El libro César, la vida de un coloso, de Adrián Goldsworthy, describe con detalle las acciones más relevantes de su vida: desde su nacimiento en el año 100 AC, hasta su asesinato, 56 años después. La vida de César nos sigue fascinando hasta nuestros días: gracias a sus virtudes, logró transformar su condición de ciudadano prácticamente anónimo, a la figura más influyente de Roma.
En el ámbito militar, tuvo logros notables. Derrotó a los germanos y dominó Galia, protegiendo a Roma de las frecuentes invasiones de tribus del norte, dio seguridad a las rutas comerciales del Imperio y expandió su economía mientras fortaleció la riqueza de las arcas imperiales.
Su gran aptitud militar se sintetiza en la frase que utilizó ante el Senado para describir su victoria: “Veni, vidi, vici”—Fui, vi, vencí— al referirse a su victoria en la batalla de Zela en la que sólo le bastó un poco de tiempo y la estrategia correcta para que el enemigo saliera huyendo.
En los últimos años de su vida, César concentró un enorme poder político, equivalente al de un rey, a pesar de que en ese tiempo se elegía periódicamente a cónsules que gobernaban junto con el senado.
También debemos tomar en cuenta que varias acciones de Julio César tuvieron motivaciones y efectos discutibles. Fue innecesariamente rudo en muchas batallas, gobernó sin consultar mucho al Senado, y utilizó recursos públicos para ganar favores políticos.
Sin embargo, César mostró grandes virtudes, que son lecciones de vida y que resuenan hasta la actualidad. Su disciplina militar le permitió esforzarse mucho, reaccionar con rapidez bajo circunstancias extremas y recuperarse de caídas notables, mientras mostró una gran capacidad de adaptación a circunstancias cambiantes. Fue además un líder carismático, que sabía diseñar estrategias exitosas y motivar a sus ejércitos.
A nivel personal y profesional, si nos esforzamos en retomar estas virtudes, podremos ser mejores. Avanzar con información oportuna, determinación, y mucho esfuerzo, enfocado al cumplimiento de metas constructivas, nos permitirá competir con éxito y mejorar nuestro nivel de vida.
En el ámbito de nuestros valores, la Inteligencia, la Ejecución y el Trabajo en Equipo, fueron determinantes en los logros de Julio César. La historia nos demuestra que la relevancia de estos conceptos no caduca, por lo que constituyen elementos fundamentales que guían las acciones de Grupo Salinas: estoy seguro que nuestro empeño y dedicación nos llevarán a ganar un lugar en la historia corporativa.