El evento literario más antiguo del país regresó a las actividades presenciales en esta 44 Feria del Palacio de Minería, ¡conoce los detalles!
“Arriesgarse es una manera de salir de la esclavitud”
Luis J. Echarte
Leer un buen libro siempre es un placer, pero si la obra ha sido escrita por una persona entrañable, el gusto se multiplica. Éste es el caso de Recomenzar: un modo de vivir, donde Luis J. Echarte, uno de los principales y más experimentados directivos de Grupo Salinas, nos comparte sus vivencias y su visión de los negocios a través de los ojos de un ejecutivo global que no le tiene miedo a la transformación.
Luis es un convencido de que lo único constante en nuestro mundo es el cambio, especialmente en los negocios, por lo que considera que para tener éxito hay que aceptar esta condición y saber adaptarse rápidamente a las nuevas circunstancias: debemos tener la capacidad de reinventarnos continuamente.
Luis, cuya familia huyó oportunamente del fallido experimento socialista cubano, me ha acompañado en mis iniciativas empresariales durante casi veinte años, por lo que leer su libro ha sido una forma de recordar experiencias, aprendizajes y hacer un recuento de cómo, paso a paso, ha crecido Grupo Salinas en las últimas dos décadas.
En este libro, Luis también nos comparte su trayectoria en los negocios antes de llegar al grupo, primero como constructor y después como presidente de Bacardí, a la que llevó a convertirse en una marca global.
A Luis lo conocí en Londres, en septiembre de 1991, en una conferencia de la Young Presidents Organization (YPO), cuando él estaba en su año sabático después de su salida de Bacardí. (El objetivo de YPO, de la que ambos éramos miembros, es vincular a líderes empresariales jóvenes de todo el mundo para invitarlos a intercambiar y discutir ideas).
Luis narra así este encuentro: “El evento era una oportunidad para conocerse antes de embarcarse en un crucero en el Queen Mary con destino a Marruecos, Lisboa y Sevilla. En uno de los eventos en Manor House, a las afueras de Londres, me senté al lado de Ricardo, nos caímos muy bien”.
Efectivamente, hubo química y poco tiempo después lo invité a trabajar para nuestro grupo en México. En palabras de Echarte: “Cuando Ricardo me invitó a unirme a su cruzada, claro que fue una gran tentación, pero al final estaba demasiado contento con mi sabático en Londres como para moverme. Sin embargo, nos mantuvimos en comunicación y volvimos a vernos todos los años en las convenciones de la YPO”.
Continúa este ameno relato: “Precisamente cuando empezaba a estar demasiado familiarizado con lo que pasaba en mi interior, Ricardo, con sincronía telepática me invitó a México (…). Volé a Acapulco en marzo de 1993, cuando Ricardo visitaba a su padre. Me llevó a conocer todas las tiendas Elektra de la ciudad (en ese momento había 300 en todo el país). Fuimos a caminar por una playa donde quería mostrarme a la gente que atendía y esa misma semana me llevó a algunas tiendas en Toluca”.
Echarte nunca sabrá cómo logré esa “sincronía telepática”, pero finalmente, recuerda con cierta ironía: “El 1 de noviembre llegué humildemente a México para asumir mi puesto en la compañía. Seis semanas después, México me festejaba con uno de los derrumbes económicos más desastrosos de la historia. El nuevo Presidente se vio obligado a dejar que el peso mexicano flotara libremente y se devaluó casi 100%; para febrero de 1995, había subido de 3.5 a 6.5 pesos por dólar”.
Efectivamente, en medio de esa brutal crisis, Luis se incorporó a este gran emprendimiento que ha sido construir, paso a paso, Grupo Salinas. Estoy seguro que Luis nunca imaginó todas las hazañas por venir, las dificultades, las victorias y las derrotas y la gente que contribuyó a pasar de un conjunto de 300 tiendas a un grupo diversificado de empresas con 90,000 empleados y operaciones en diez distintos países en sectores tan diversos como telecomunicaciones, banca, comercio, seguros y medios, entre otros.
Luis nos regala una visión muy cercana de esto y más. Ha sido un placer leerlo y recordar lo que este grupo ha logrado, como ha sido también una enorme satisfacción compartir el camino con él y otras valiosas personas que nos han ayudado a construir este grupo de empresas e iniciativas sociales que busca transformar a México.
El libro nos ayuda a comprender que cuando la vida nos pone retos, también nos da todos los recursos para salir adelante, tanto en las situaciones personales como en los negocios. Luis nos da ejemplos claros de la enorme satisfacción que produce el trabajo bien hecho, la responsabilidad de dirigir empresas y también la importancia de ser coherente entre lo que uno dice, piensa y hace.
En fin, les recomiendo conseguir una copia de este libro antes de que se agote la edición, para conocer las experiencias de Luis y su singular forma de resolver los problemas, en una narrativa muy amena, que nos ayuda a perder el miedo a recomenzar.