Novela narrada por su protagonista, un detective privado llamado Tomás Peralta y conocido como “Malasuerte” (personaje central de la segunda novela de Hilario Peña Malasuerte en Tijuana y su tercera, El infierno puede esperar). Proveniente de Sinaloa, Peralta se ha mudado a Tijuana para desempeñar su trabajo, para el cual, entre otras cosas, es importantísimo pasar desapercibido. Sin embargo, para él es imposible pasar desapercibido porque es pelirrojo. Este personaje encarna al típico norteño, brusco y con una personalidad fuerte y arrebatada. Juan Tres Dieciséis cuenta cómo este detective del norte resuelve el misterio de la desaparición de Juan tres dieciséis, campeón mundial de peso ligero, quien ha desaparecido y cuya esposa ha sido encontrada asesinada. En el camino aprenderá más de sí mismo, de la soledad y nos presentará diferentes personajes, notablemente bien diseñados y profundamente interesantes y reales. Uno de los méritos más notables de esta novela es que hace un retrato muy particular de las regiones del norte mexicano y de los personajes que ahí habitan. Retrata a la clásica ciudad norteña y su violencia con un toque colorido y kitsch que evita que éstos caigan en el cliché y la superficialidad. Esta novela, una llena de humor, está escrita con una prosa rápida y ligera, llena de diálogos ingeniosos y una ironía que le permite al lector conocer más del país en el que vivimos.
Hilario Peña nació en Mazatlán, Sinaloa en 1979 y se graduó como ingeniero industrial. Trabajó como supervisor en una maquiladora asiática en Tijuana, lugar en el que, según cuenta, encontró personas que fueron la materia prima de sus personajes, gente real y aparentemente normal, que siempre tiene historias que ameritan ser contadas. Su formación como escritor fue a través de sus lecturas y hasta el día de hoy, él reconoce a sus maestros en la prosa de James Cain, Raymond Chandler, Martin Goldsmith y Dave King, entre muchos otros. Hilario ha tenido la beca Jóvenes Ceadores del FONCA y es reconocido como uno de los más importantes herederos de la escuela de escritores del norte, al lado de Daniel Sada, Elmer Mendoza y Luis Jorge Boone, entre otros. Su primera novela, Los días de Rubí Chacón fue finalista en el Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras / Border of Words. Su siguiente novela, Malasuerte en Tijuana, que escribió en 2009 se publicó 3 meses después de que la enviara a la editorial Random House. Tres años más tarde escribió la segunda entrega, El infierno puede esperar, de lo que sería una trilogía que concluyó con La mujer de los hermanos Reyna.