Porrúa

Retrato del artista adolescente

James Joyce

James Joyce empezó a escribir «Retrato del artista adolescente» en el año de 1904. Se publicó por partes en la revista «The Egoist» en los años de 1914 y 1915. Stephan Dedalus es un autorretrato de Joyce, una luz autobiográfica, un viaje interior y el descubrimiento íntimo de una vocación artística.
Leí «Retrato del artista adolescente» en los lejanos años setenta y me cambió la vida. Yo era Stephan Dedalus y su tercia de ases melancólicos me acompañaba en la vida: silencio, destierro y astucia. Así pasa con las grandes obras, envuelven, transforman sin que uno se dé cuenta.
«Retrato del artista adolescente», así como la colección de los quince cuentos que integran «Dublineses», publicada en 1914, entregan la gran prosa joyceana a través de un estudio de la condición humana. No se trata de la técnica que Joyce utilizó para lograr esa hazaña de la literatura llamada «Ulises». En esta novela y estos relatos no aparece aún el fluir de la conciencia, a estas dos obras maestras las define el realismo y la búsqueda de una vocación y una verdad. Si usted lee este libro, le aseguro que no volverá a ser el mismo. Adelante.

-Rafael Pérez Gay
Tw: @RPerezGay

Sobre James Joyce

Nació James Augustine Joyce el 2 de febrero de 1882 en Rathgar, una pequeña localidad del sur de Dublín. Su padre, John Stanislaus, un hombre pintoresco, borracho y gandul, que le sirvió a su hijo de modelo para su Earwicker de «Finnegans Wake», era vendedor de licores y dueño de un bar pequeño, próximo a su casa. Para 1887 fue nombrado recaudador de impuestos de varios distritos por la Oficina de Recaudación del Ayuntamiento de Dublín. Esto permitió a la familia trasladarse a Bray, un pequeño pueblo de cierta categoría residencial ubicado junto al mar, en una casa barata descrita meticulosamente en «Retrato del artista adolescente» y donde fueron vecinos de una familia protestante, los Vance, cuya hija Eileen —primer amor de James— también fue evocada en dicha obra citándola por su propio nombre. Regresando al jefe de familia, éste se arruinó cuando Joyce tenía nueve años y estaba interno en un colegio de jesuitas de Clongowes Wood.

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