¿Por qué es importante mirar al pasado para entender el presente y no errar en el futuro? A veces parece que, con tantos medios a nuestro alcance, hacer este ejercicio en nuestros días resulta básico, y es que en esta segunda década del siglo XXI parece impensable que no podamos estar informados, con un solo clic y desde nuestro teléfono celular, de los grandes movimientos sociales, históricos, literarios, científicos y un largo etcétera que han ocurrido en el mundo entero… Pero en sentido práctico ¿eso nos ha servido de algo como sociedad? ¿Nos es útil verdaderamente hoy en día?

Pensemos que no hace mucho tiempo había personas escandalizadas por los esfuerzos de suprimir en el continente americano el «comercio de ébano», como se le llamaba en ese entonces a la venta de esclavos, primero africanos y posteriormente personas de color nacidas en esta parte del mundo. Sería faltar a la verdad decir que sólo pasaba en los estados sureños de Estados Unidos, pues en Cuba, las Antillas, Brasil, la región tzotzil de México, así como ciertas zonas de Veracruz y Guerrero era permitida la compra de humanos con fines de explotación.

Con este horrible panorama de fondo, La cabaña del tío Tom resultó un parteaguas fundamental para la abolición de la esclavitud, por lo menos, en Norteamérica y así lo consigna Eric Larrabe en su libro Panorama de la cultura de los Estados Unidos donde apunta que la famosa frase que dedicó Abraham Lincoln a Harriet Beecher Stowe al conocerla, el mandatario no exageraba debido a que «El cumplido a las virtudes de la autora no es tan extravagante como pudiera parecer ahora: tal vez ningún libro haya influido tan directamente sobre el curso de la historia como Uncle Tom’s Cabin».

No es el tema de estas líneas hablar del humanismo que una mujer despertó a lo largo del mundo, pues su obra fue bien recibida, pero mejor aún comprendida en Francia, España, Inglaterra y en su propio país, pero así como gozó del éxito comercial de la misma manera en que pudo sentirse satisfecha espiritualmente por haber conseguido un cambio social con sus letras, también tuvo detractores que la satirizaban, la injuriaban, la rebatían por el simple hecho de haber levantado la voz para decir «¡basta de injusticias, todos somos iguales!»

Y es aquí que volvemos a la pregunta de inicio: el valor histórico de La cabaña del tío Tom; su importancia social; el hecho de que haya sido una mujer quien lograra tanto, ¿no se parece sospechosamente a nuestro presente? Escandalizarse porque haya mujeres manifestándose por su derecho a la vida es, sin duda, una mentalidad retrógrada, tanto como cuando se creía que la esclavitud era normal en alguien con una tonalidad de piel distinta al caucásico promedio: de la misma manera en que la libertad no es partidaria de si alguien es físicamente distinto a uno, la vida no se mide en relación a lo que una mujer decida vestir o usar, los lugares que frecuenta o las personas con las que pasa su tiempo… ¡Basta de injusticias!

Con ello en mente, dejamos a continuación el prólogo de la quinta entrega de Clásicos Porrúa en colaboración con Círculo Editorial Azteca, mismo donde Tábata Jalil reflexiona sobre la importancia de los Derechos Humanos:

«Con escenas humillantes e impensables en la actualidad, La cabaña del tío Tom es una novela que debe leerse en cualquier época, pues nos invita a no repetir los errores del pasado y a vivir respetando los derechos humanos.

La cabaña del tío Tom fue la novela más vendida en el siglo XIX en Estados Unidos. Escrita con toda la intención para mostrar la crueldad de la esclavitud.

Su autora Harriet Beecher Stowe retrata una brutal realidad en donde la esclavitud era legal y aceptada sin importar el daño irreversible que causaba en muchas familias, las cuales en su mayoría eran separadas y maltratadas.

Esta novela se publicó en un momento histórico muy importante y contribuyó al análisis y al cuestionamiento del sistema esclavista. Estados Unidos era de los pocos países, como Brasil, que seguían admitiendo la esclavitud, así que Harriet Beecher con este libro invita a muchos estadounidenses a cuestionarse y debatir qué clase de sociedad se estaba desarrollando al existir esta falta de libertad, igualdad y respeto a los derechos humanos.

Tras el primer año de su publicación, se vendieron unas trescientas mil copias del libro. Así que esta obra realista impulsó a la causa abolicionista en los Estados Unidos previo a su Guerra Civil.

El impacto que generó La cabaña del tío Tom fue tal, que se dice que cuando el presidente norteamericano Abraham Lincoln conoció a la autora del libro en 1862, en plena Guerra de Secesión, le expresó: “De manera que es usted la pequeña mujer que escribió el libro que provocó esta gran guerra”.

Este libro nos recuerda los horrores de la esclavitud, la maldad justificada, el maltrato a la libertad y a la dignidad humana, son páginas que nos invitan a la lucha contra la inmoralidad y al respeto de las diferencias y la igualdad.

Esta novela marca el inicio de una nueva manera de concebir la realidad, sin juzgar racialmente, con equidad, respeto y dignidad.

Es inverosímil que por tu color de piel fueras tratado como alguien que no valiera, que no tenía el derecho de decidir qué hacer con su vida, dónde trabajar, cómo vestirse, cómo expresarse, ni siquiera el derecho a elegir una religión y poder profesarla en espacios como la iglesia.

Nunca hay que olvidar que las diferencias son lo que mueve al mundo. Este libro muestra lo necesario que es la justicia social, nos hace recordar qué hacemos actualmente para seguir conservando esta libertad y si realmente practicamos el respeto social que merece una humanidad justa y equitativa.»

–Tábata Jalil

Libro: La cabaña del tío Tom. Harriet Beecher Stowe. Colección Clásicos, Editorial Porrúa y Círculo Editorial Azteca. Prólogo por Tábata Jalil.